La pava quemada

 

 

Un domingo por la tarde. La pava sobre el suelo, cumpliendo ninguna utilidad
 El piso color ladillo.               
Con el objetivo de capturar el calor de sol, me permití jugar con los reflejos.
 Sombra amplia de un día despejado. Luz envolvente 

Con una altura alta hacia el objeto. Una angulación en picada.

Utilice mi celular (moto g4) a mano alzada. Evitando captar mi propia sombra.

La sombra que me permitió marcar el aura del objeto sin necesitada de forzarlo.

Parándome según la dirección del sol, pude obtener esa sensación de pasado que sigue

acompañando al objeto. Un pasado de utilidad y sentido.

 

Un simple objeto

Una fotografía a mi alcance: 

Una pava quemada. 

¿Cuántas cosas se puede hacer con una pava? 

El agua calentita para los mates, un rico te o el café mañanero. Mismo calentar agua para unos fideos rápidos chinos o calentar nuestros pies. Todo desde una pava.

Un día, me olvide la pava en el fuego. El agua hirvió, evaporo y se empezó a derretir el pico de la tapa.

Tanta bronca me dio: "Todavía sirve" me convencí, y es hasta el día de hoy, que guardo una pava quemada. 

Iluminación y Cámara - Fotografía superlativa

 

Una mirada en pandemia. Tomo esta fotografía de noviembre del año pasado. Hoy la veo y estamos en el mismo lugar, con el miedo al que pasara, con la cara media tapada y las esperanzas que se van. Muchos niños sin la posibilidad de educarse, de crecer, de aprender junto a pares y compartir lo lindo que es el día a día sin barbijos. Hoy los colegios tienen alumnos que no se conocen, materiales que no se usan y bancos vacíos. 

Comparto esta fotografía porque vivo con esto todos los días, vivo con esta mirada triste y escondida que quienes quieren aprender a crecer sin limitaciones. Convivo con el sentimiento de querer ser libres sin tenerle miedo a los riesgos que somos capaces de portar.